Can Nogué

Si alguien pasea por las calles medievales que rodean el castillo de Cistella, lo más probable es que sienta que ha viajado en el tiempo. Sin embargo, si visita la Granja Can Nogué, se encontrará con las técnicas de ganadería más avanzadas.

Y es que Cistella es un pueblo de contrastes. Que se debate entre las montañas del Bassegoda y la playas del Cap de Creus, pero también entre la vida rural del Empordà y el dinamismo de Figueres. Un entorno estimulante donde los abuelos de Moisés iniciaron la actual Granja Can Nogué.

“La vida en la granja es libertad y entorno”

Cuando el padre de Moisés heredó el negocio, decidió construir una nueva granja a las afueras del pueblo, con el objetivo de seguir creciendo laboralmente. Una filosofía de la que se empapó su hijo, que ayudó en las tareas de la granja desde muy pequeño.

Después de estudiar veterinaria y compaginarlo con trabajos en el ámbito del análisis, Moisés se incorporó al negocio familiar ocupándose de su gestión, con el objetivo de mejorar la calidad de la leche y la eficiencia de la producción. Este fue su primer paso hacia una granja más moderna y tecnológica. Una dedicación que ha obtenido grandes resultados. Por ejemplo, el Premio Calidad 2018, que la granja consiguió gracias a la calidad de su leche.

“Las vacas son unos animales muy agradecidos: como más les das, más te devuelven”