Durante el tercer trimestre tu cuerpo y mente deben adaptarse a los últimos cambios que le quedan por experimentar, así como a los nervios e incertidumbres de tan esperado momento.
Ya queda menos para abrazar a tu bebé
Para hacerte sentir un poco más tranquila, te detallamos algunas de las cosas que suelen pasar en esta última etapa de embarazo:
Las visitas al médico:
El ginecólogo y la comadrona estarán muy pendientes de ti y tu bebé. Comprobarán el tamaño y altura del útero para asegurarse de que el bebé está creciendo adecuadamente. Te medirán la presión sanguínea y te harán un análisis de orina para detectar señales de infección, así como niveles de azúcar y proteínas.
Además, según se acerque el momento de salir de cuentas, observarán la posición del bebé. Si, por ejemplo, el bebé está situado de nalgas o de pie, te darán una cita con el tocólogo. Si tras la semana 35 el bebé continúa de nalgas o de pie, es menos probable que se dé la vuelta por propia iniciativa, así que tendrás que debatir tus preferencias para el parto, incluida la cesárea. Aunque es bueno mantenerse informado de las distintas alternativas y decidir cuáles son tus propias preferencias, a la hora de la verdad es el médico quién tomará la decisión de qué método de alumbramiento es el mejor para el bebé en el momento del parto.
A partir de la semana 36 es posible que tengas que acudir a tu cita médica cada dos semanas, para tenerlo todo más que controlado de cara al nacimiento del bebé.
Tu cuerpo:
Según se acerque la fecha del parto, tu cuerpo empezará a prepararse. Puede que aumenten el flujo vaginal y la mucosidad y es posible que también tengas algunas contracciones Braxton Hicks. A menudo conocido como “falso parto”, éstas se producen porque el útero se contrae y dilata frecuentemente y, aunque pueden producirse durante todo el embarazo, se notan más en las etapas finales. Son irregulares, pueden durar unas horas, pero siempre se detienen. Tienden a ser más cortas que las verdaderas contracciones del parto, que tienen más intensidad, frecuencia y duración.
También, ahora que el útero ya no presiona el diafragma, lo normal es que puedas respirar mejor. Sin embargo, al estar presionando la vejiga, puede que tengas que ir al baño cada dos por tres. Trata de ser paciente. El periodo de tiempo que pasas en casa te puede parecer eterno y sin luz al final del túnel.
Debes tener en cuenta:
El tercer trimestre es el mejor para plantearte escribir tu plan de nacimiento. No importa el tipo de alumbramiento que tengas en mente, un plan de nacimiento es siempre buena idea. Por lo menos te incita a que encuentres el momento de documentarte y comentar detalladamente con tu pareja o médico qué opciones hay.
También conviene darse una vuelta por el hospital y ver las instalaciones para el parto como preámbulo al pre-parto. Te vendrá bien familiarizarte con los lugares donde va a ocurrir todo el día del parto.
Y sobre todo recuerda:
Sólo un 5% de los bebés nacen el día que la madre sale de cuentas. Sé benévola contigo misma y relájate. Simplemente piensa en las elefantas?¡aguantan 22 meses embarazadas!
Es posible que tu médico o matrona propongan provocar el parto si el embarazo ha durado ya lo suficiente.
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